martes, 23 de febrero de 2010

Pan de la Amistad I

Acabo de recibir una sorpresa muy agradable de parte de una amiga del trabajo, ña Mayela.

Ella hace unas semanas trajo a la oficina un Pan de la Amistad, y me explicó que es un pan que a uno le pasan, hay que seguir instrucciones por 7 días todas las noches, y al final de los 7 días se cuatriplica, uno lo divide en 4, le regala una parte a 3 amigas diferentes, y el 3ero lo prepara personalizado.

A mi me pareció una idea lindísima, y la cadena sigue hasta el fin de los tiempos, porque cada amiga hace lo mismo con su porción, y así se sigue repartiendo, al punto en que te puede regresar una masa distinta de otra amiga pero que alguna vez fue parte de la que vos tenías originalmente. Otra parte bonita es como que todos los panes de todas salen diferentes, a pesar de que en principio es la misma receta, porque cada una le agrega los ingredientes al final que quiera (licro, pasas, frutas, nueces, etc.).

Entonces yo tengo mi mezcla de Pan de la Amistad acá (creo que no es necesario explicar a qué se debe el nombre), y estoy muy emocionada por documentar y compartir el proceso, y de al final repartirlo con otras personas XD.

Entonces, acá está la foto de la mezcla original:


Esta es Maye con la mezcla:


Y esta es Pao metiendo la cara mientras yo tomo la foto:



Hoy en la noche le tengo que agregar una taza de harina y una de azúcar y dejarla sin revolver y tapada hasta mañana en la noche.

Le voy a tomar fotos y les voy enseñando que pasa.

Besos!

Kracovia

Ok, vengo ante ustedes con un post que realmente ya está un poco viejo, porque estas fotos las tomé en octubre del año pasado, y además mi opinión sobre este restaurante ha variado un poco...

Y no se como empezar este post, porque Kracovia fue por un tiempo de mi juventud mi resetaurante favorito, y lo visitaba casi todos los días a comer o tomar café. Tenía con mi amigo Sergio un acuerdo de nunca sentarnos en la mesa ni repetir platos hasta que los probáramos todos. Y bueno eso, lo amaba. El primer plato que pedí en mi vida fue la crepa de hongos, (¢3.250, costaba ¢1.800 en el 2004 o 2005, no me acuerdo) y me sentí feliz de encontrar un lugar en donde cocinaran con hongos frescos y la ensalada tuviese aceitunas. Con eso me ganaron por mucho tiempo, y cuando me di cuenta de que los emparedados eran en pan ciabatta dejé de ir a otros lugares al punto de que mis amigos estaban hartos porque yo el único lugar que proponía para comer (y lo hacía a menudo) era Kracovia.

Después las crepas se fueron poniendo delgaditas, Sergio se fue a vivir a España y empecé a ir cada vez menos, hasta que dejé de hacerlo por completo. Pero mi trabajo nuevo queda muy cerca (la oficina es en barrio Dento por la Librería Internacional, y Kracovia queda por la salida de derecho de la UCR), y me di cuenta de que muchos de mis compañeros van a menudo a almorzar allí.

Y la primera semana de octubre hicimos un almuerzo de departamento en Kracovia, reservamos una mesa para 9 personas, nos sentamos en la parte de atrás, y almorzamos gratamente.

Para los que han ido saben que el menú no es demasiado variado, pero si es muy gustoso, y además, hacen plato del día para almuerzo ejecutivo, el cual cuesta ¢3.300 con entrada (sopa), fresco y café o te incluído.

Los días que hemos ido la entrada es una crema de zanahoria:


Es muy rica, aunque a mi no me gusta realmente la zanahoria mucho, pero me pareción que tenía una textura muy placentera y que el sabor no estaba mal. A los demás les pareció rica.

El plato del día esa vez era pollo con salsa de maracuyá:


Yo no se qué decir, excepto que la salsa de maracuyá me pareció exitosamente deliciosa, y que me arrepentí realmente de no pedir el plato del día, porque me encantó el sabor, porque ya de por sí me encantan las carnes con salsas de frutas, pero esta me pareció fuera de lo común y muuuuuy agradable. Además, el arroz fresco y rico, y la ensalada con aceitunitas negras.

A mi es que me da pereza a menudo comer como arroz, carne y ensalada, así que me pedí el viejo conocido emparedado de pollo (¢2.650):


Como ya dije antes, en pan ciabatta, delicioso, vegetales, aceitunas negras, y mayonesa. Lo amo, y de las siguientes veces que he ido desde entonces, por lo menos 2 me he comido este emparedado.

Después llegaron los postres. Yo me comí, de nuevo, viejo conocido, el Tres Chocolates (¢1.200):


Este es uno de mis postres favoritos, y la última vez que estuve allí (la semana pasada) lo volví a pedir. Es un postre en el que la primera capa, abajo, es un quequito de chocolate muy delgado, seguido por un mousse de chocolate oscuro (aunque ni tan oscuro, a mi me gustaría que fuese más amargo), otra capa de mousse de chocolate con leche, después una capa de un mousse menos cremoso, más gelatinoso (lástima) de chocolate blanco, y una lámina de chocolate blanco encima. No les da demasiado antojo de comerse uno con sólo leer la descripción?? Les prometo que un día de estos me pongo a intentar hacerlo, no creo que sea tan difícil, excepto por la lámina de chocolate blanco... pero ahí veré!

Y bueno, don Oscar se pidió un Chocolate a la Mode (¢1.350), pero a mi se me pasó tomarle la foto hasta que ya se había comido un poco. Igual me parece que se ve bien sabroso:


Es basicamente un brownie, con helado encima, con chocolate y con una fresa del tamaño de Chinandega. De esos postres que son super fáciles de hacer en la casa pero que igual uno cuando los ve en el menú no puede dejar de pedirlo =D.

Y por último, el famoso y delicioso Cheesecake de fresa! (¢1.300) Este papacito es de morirse de la delicia, y es que los cheesecakes son una de mis debilidades más fuertes, y de verdad que este me parece que es de muy buena calidad, buen tamaño y buen precio! Como para entrar siempre que esté pasando por ahí para pedir uno para llevar...


Y es que vean que foto! se ve taaaaaaaaaan bueno!



Y bueno, todos salimos felices de ahí, hasta la próxima vez que fuimos...

Para alguna ocasión algunas amigas de la oficina fuimos a almorzar a Krac, fuimos Pao, Karla, Lena, Luis y yo, y de nuevo ellas pidieron el plato del día. Yo no me podía decidir, y unos 5 minutos máximo después de que ellas ordenaron yo lo hice: emparedado de pollo.

Pues todo bien, nos atendió el mesero argentino, amable y seudo sonriente. Llegaron los platos del día, y qué raro... el emparedado es super fácil de preparar, nada más armarlo... pero bueno, ahorita seguro llega...

Y comían todos, yo moría de hambre y esperaba. Ahí está listo un emparedado de pollo, llega el mesero y lo lleva a otra mesa...

Llamamos al mesero: "todo está bien? les hace falta algo?"
Nosotras: O_O
Luis: "el emparedado de pollo..."
Mesero: "(inserte emoticón de cara de "se me olvidó pedirlo en la cocina, que jalada de patas")"
media vuelta y se fue.

Ya yo empecé a odiar fuertemente el lugar, ya había decidido en mi mente no volver por un tiempo y luego volver a probar. Es que yo a veces ando ánimo de confrontación, pero a veces no, y si me cuesta señalar a alguien y decir "él me atendió mal"... y estaba tan de chicha que nada más no lo hice.

Pero bueno, en el momento en que retiraban los platos de los demás llegó mi emparedado. Y odio tanto que eso haya pasado, pocas veces me había enojado tanto en un restaurante, ya íbamos tarde para la oficina, los demás andaban pagando, y yo en una mesa vacía excepto por algunos trastos sucios comiendo sola. Es que no puedo explicarles el rencor...

Comí, pagué con cara de burro en lancha, y nos fuimos tarde para la oficina (por dicha andábamos con la jefa).

Paola y Luis aman los crocantes, así que se pidieron uno y se lo llevaron para la oficina. Cuando llegamos nos regalaron un mordisco a cada uno, y adivinen? pero de verdad, adivinen qué me pudo haber salido?


...me salió un pedazo de trapo de cocina, como si ya no tuviese ganas de tirar una bolsa de orines en el restaurante, me sale un pedazo de un asqueroso trapo desgarrado precisamente en el único mordisco que le di... (y le tomé foto, pero me pareció infinitamente desagradable subirla acá).

Así como lo oyen... y pues bueno, como en mi oficina les gusta tanto, 3 meses después del incidente fuimos a almorzar todo el departamento, y yo cedí y fuimos a Kracovia.

Esta vez el plato del día era una pasta en salsa blanca con vegetales. A mi no me gusta la salsa blanca vegetariana, así que pedí una crepa de pollo, queso y hongos (¢3.450, overpriced). Y bueno, todo bien, ningún incidente desagradable, crema de zanahoria, pasta que según escuche estaba rica (no la quise probar), Luis y Carlos pidieron emparedado de atún, grandote y rico, y yo me comí un Tres Chocolates, obviamente no pude resistir.

A la hora de pagar le pregunté al muchacho de la caja que si ellos hacían la repostería, me dijo que si, y como me lo leyó en la cara me preguntó que si había pasado algo, le conté sobre el trapo y con menos pena de la que me parece que debió sentir me dijo que disculpara, que es por la manera en que se hace el crocante que sucedió. Yo odio que me den excusas. No existe excusa, es un pedazo de tela de un trapo que ha sido utilizado anteriormente, del que no tengo idea del lugar en el que se guarda, que ya de por si ha de poseer 20 mil millones de bacterias, además de productos químicos simplemente por el hecho de ser lavado con detergente (Dios quiera que lo laven con detergente y que haya estado recié lavado!). Después me preguntó la fecha en que pasó y me dijo que hasta este año empezaron a hacer los crocantes ellos, que el año pasado los compraban...

Para estas cosas no hay excusa, un pedazo de tela no puede estar dentro de un alimento aunque sea que en la receta diga que hay que echarle pedacitos de tela y después colarlo, es algo que no tiene que pasar, y por lo cual tienen que realmente que seguir el protocolo:

1. Mostrarse apenados.
2. Pedir muchas disculpas.
3. En caso de que aplique, explicar la situación siempre dejando claro que no debió pasar ni volverá a suceder.
4. Ofrecer compensación.

Los pasos 1 y 2 estuvieron medio flojos, en el 3 no pareció que el sujeto en cuestión estuviese ni siquiera extrañado de que hubiese sucedido, lo cual me parece un poco preocupante. En cuanto al paso 4, cuanto me iba alejando de la caja me dijo de nuevo que disculpara, y que me invitaba a probar uno la próxima vez que fuese de cortesía. Otro error. Él no se va a acordar de mi la próxima vez que vaya, se los aseguro, ni aunque me ponga la misma ropa. Además, él no es mesero, no me va a ver hasta el momento en el que pague, así que me deja en la incómoda posición de pedir el crocante yo misma, decirle al mesero que me habían ofrecido un postre de cortesía en compensación por un pedazo de trapo, y observar la posibilidad de que el mesero tenga que consultarle a alguien al respecto. Esa no es la manera de solucionarlo, y estoy de verdad muy insatisfecha y hasta defraudada, y por eso no sabía como comenzar esta larguísima reseña...

Conclusión:
El lugar de verdad me gusta, me parece que es muy acogedor, me gusta la decoración, el menú, los ingredientes, la comida en general siempre me ha parecido más rica que el promedio, los precios de pronto están levemente altos como para las crepas, todo lo demás me parece correcto y los postres los veo hasta baratos, pero no se como superar lo que a alguien le podría parecer una tontera, pero de verdad, ese tipo de errores (trapo) son espantosos para el cliente, pero por lo general se logran reparar con un buen trato en respuesta. El servicio al cliente es probablemente lo que más afecta la fidelidad de los consumidores, y es algo que se tiene que saber manejar, porque hasta algo tan horrible como, no se, una cucaracha en la mesa (gracias, Pizza a la Leña en San Pedro, true story, tengo más de 2 años de no haber vuelto) se puede ir sanando, pero hay que hacerlo bien, si no la cagan.
Yo no se si volver, porque de verdad que todo me gusta, pero me siento un poco despreciada, y si suena como que estoy sobrereaccionando, y ahora que lo leo es que no se como escribirlo para que no suene como a puro drama, excepto haciendo esta aclaración.


Por el momento, esta es la página web. Todos los días cambian el plato del día y lo actualizan en la página. Yo siento que lo mío podría ser muy personal, e insto a quienes no han ido que vayan, si les pasa algo me cuentan y hacemos una marcha con antorchas para sacarlos del pueblo, pero es posible que no pase nada, y que nada más se enamoren del Tres Chocolates como yo.

jueves, 11 de febrero de 2010

Crepas de pollo

Se acuerdan de la cena navideña que mencioné en el post de la Sopa Azteca? Pues esta receta es de precisamente el plato fuerte de esa cena, que tenía aquí guardado pero no publicaba.

Una vez más tengo que disculparme por no postear en casi un mes, pero tuve/tengo algunas situaciones personales que me han causado alejarme un poco tanto de la cocina como del blog, y de verdad que lo lamento, porque ambas cosas me son muy placenteras, pero bueno, así es la vida!

Ahora, esta cena era con algunos amigos del trabajo, y la cocinamos entre todos. Todos metidos en la cocina de mi casa viendo que hacer para que estuviese rápido porque nos moríamos de hambre!

Las crepas estas son riquísimas, yo solía coinarlas de vez en cuando porque de verdad que son como de esos platos que son un gustote y que siempre quedan bien.

Yo las hice con pollo y hongos en salsa blanca, pero se pueden hacer con absolutamente todo lo que quieran hacerlas.

Ingredientes:

Crepas:
• 3 huevos
• 4 tzs de leche
• 2 tzs de harina

Salsa:
• Crema dulce
• Harina
• 1 pechuga de pollo
• 1 cebolla picada
• 1 caja de hongos frescos
• 2 cdtas de paprika
• Sal y pimienta al gusto

Preparación:


1. Se pica el pollo en pedazos como de 2cmx2cm, o lo que gusten pero que no haya que cortar con cuchillo.

2. Se hace la salsa blanca de su elección. Yo frío cebollita y le agrego el pollo previamente envuelto en un poquito de harina, sal y paprika, lo frío hasta que dore y le agrego los hongos frescos dejándolos cocinarse un poquito. Después en el mismo sartén hago salsa blanca con crema dulce y harina. Las cantidades realmente son de probar, primero se hierve la crema dulce y/o leche y luego se le agrega harina disuelta en agua por poquitos hasta que tome una consistencia cremosa al hervir, y obviamente se sazona con sal y pimienta.

3. Se mezclan todos los ingredientes de las crepas y se baten bien con un tenedor. Se puede agregar un poco más de agua o harina para que tomen la consistencia que le guste a cada uno. Se calienta un sartén de teflón con un poquito de mantequilla y en él se coloca más o menos una cucharada de un cucharón y se esparce bien para que la crepa quede delgadita y pareja. Se deja cocinar hasta que tenga los bordes dorados y se da vuelta para que se dore el lado que antes estaba arriba (en la foto mi amigo el negro estaba dándole vuelta a las crepasen el aire).



4. Se rellenan las crepas con como una cucharada y media (de cucharón) de salsa.

5. Se coloca la salsa en el centro de la crepa cuidando que no queden demasiado gordas porque después va a ser dificil trasladarlas y hasta comérselas.

6. Se dobla cada crepa en los cuatro lados para que quede bien cerrada y no se le salga la salsa.



7. Se colocan las crepas en un molde para horno (o puede ser en un pyrex) previamente engrasado.

8. Sobre las crepas se colocan los quesos bien ricos, y sobre los quesos en cada crepa se echa un poco más de crema dulce.

9. Se hornea hasta que el queso se derrita y quede dorado!!


Fueron un éxito y todos terminamos hechos una bola de llenura, y eso que faltaba el postre!

Las crepas las acompañamos con la Ensalada con Fresas que antes había posteado, y la hermosa Paola hizo el aderezo del cuales no tengo fotos en el post original, así que acá las pueden ver. Es un aderezo de semillas de amapola con miel de abeja y aceite de oliva, de muerte lenta!

La última de estas 3 fotos es de la ensalada y el aderezo listos junto con el aguacate y quesos picados para la Sopa Azteca.



Y ahora si, vean las fotos de la delicia de cena: