Ccreo que ya les he contado antes en el
post de Kracovia, que en donde yo trabajo se hacen almuerzos de estatus una vez al mes. Cada departamento hace una reunión-almuerzo para hablar sobre asuntos laborales. En el departamento en que yo trabajo por lo general escogemos un restaurante cercano y no-tan-caro para ir y comer rico, hablar de lo que tenemos que hablar pero también pasarla bien, porque todos somos amiguis.
En mayo fuimos a este lugar llamado Mokambo por recomendación de Paola (autoproclamada modelo oficial de Food JUNKY). Desde entonces he ido unas 3 veces.
Mokambo queda por la calle de la amargura. De Pizza Manía (yuck!) 100 m. este, en la pura esquina, frente al finado y extrañado restaurante El Semáforo (como me hace falta, de verdad...).
Es un restaurancito pequeño, de dos pisos pero con un menú bastante rico (aunque pequeño también). El primer piso en realidad no es tan lindo adentro, pero tiene un patio con plantas y mesas con sombrillas grandes que para mi le suma mil puntos.
También está el segundo piso, que es más como para cafecito porquelas mesas son pequeñas, y en general no son mesas de sentarse a comer (aunque estando lleno el resto del lugar, nos sentamos a comer ahí una vez).
La parte de arriba tiene una decoración bonita, "moderna" diría mi mamá, yo diría que es la parte más "caché" del restaurante y que de hecho es la imagen que sus dueños buscan del lugar al llamarlo
Café & Lounge, el problema es que abajo es tan pequeño que no se logra.
Pues bueno, fuimos las 9 personas del departamento a comer, reservamos en el patio (como pueden ver en la foto de arriba, esas mesas pegadas somos nosotros) y nos trajeron el menú. De primera entrada lo que vi fueron los emparedados, que sonaban deliciosos y fuera de lo común (ahorita no me acuerdo exactamente, pero con infredientes como berenjena y prosciutto), y bueno, todos decidieron lo que querían, yo decidí relativamente rápido (porque por lo general me toma el doble que a los demás). Llegó la mesera y le pedí, "
los emparedados solamente se sirven en la tarde"... es me da tanta chicha que no lo puedo explicar... y pensé "
pero no pueden avisar eso cuando uno se sienta y le entregan el menú?" empezamos mal... Y bueno, revisé todos los platos (plato del día, pastas, ensaladas) y me decidí. Listo.
Las bebidas también se veían ricas, batidos de frutas naturales, todas las mujeres del grupo pedimos batido de fresa-kiwi, y se veía bellísimo! Lo mismo con el té frío de la casa.
Y pues bien, el batido estaba rico, pero no tanto. Preguntamos y nos dijeron que estaba hecho con frutas naturales, yo creo que el problema es que tenía más kiwi que fresa, y el kiwi le da un acidito que no me gustó tanto, en el momento recuerdo pensar que me sabía a Zero de kiwi.
El té frío si estaba delicioso, ahí no hay pero.
Del servicio no se qué decirles, la verdad es que la muchacha que nos atendió en momentos era graciosa, ese estilo de mesera confianzuda pero buena gente, pero se pasó de grosera en ocasiones, y algunas personas de nuestro grupo la escucharon decir comentarios despectivos de nosotros cuando estaban cerca de la cocina, todo malísimo. Como puede pasar una cosa así en un lugar en el que se depende casi al 100% del servicio al cliente? Es increíble, y lo peor es que no es cocina cocina, la cocina está en el segundo piso y se pasan las órdenes y platos por un elevadorcito, el lugar en el que están los meseros es una cocinita pequeña donde ser preparan los refrescos, etc. Es abierta y en un día lleno de gente a la hora de almuerzo ponerse a hablar mal de los clientes! O_O y el comentario además se debía a que éramos muchos, ni siquiera era que habíamos quebrado un vaso o algo así...
Pues bueno, a partir de ese momento ya estábamos un poco hartos de la mae, cero modales, pésimo servicio al cliente (y la cáscara de tener un tarrito para propinas a la par de la caja! pffft!)
La vida continúa, y la comida hace que valga la pena seguir hablando sobre el lugar (después de todo, yo volví a comer ahí).
Carlitos se pidió un plato del día, que es arroz, frijoles, ensalada, picadillo, plátanos y una carne de su elección (osea, un casado). Le costó ¢2.200 con fresco incluído (té frío, que debió venir en un vaso corriente, pero porque todos teníamos frescos en vasos
fancy, se lo dieron fancy también, SAC suma un punto). A mi me pareció excelente que sirvieran los frijoles aparte porque a alguna gente les gusta el caldo revuelto en todo el plato, a otra no, y así cada uno elige como comerlo.
Karla (la patrona) se pidió una ensalada de atún: lechuga, tomate, cebolla morada, y bueno, acá pueden ver lo demás:
Me dijo que estaba
maso, no tan rica pero no estaba fea. A mi las ensaladas no me hacen tanta gracia, y esta me parece que se ve muy linda con todos esos colores, pero como casi no me gustan, hasta ahí llega mi opinión.
Y bueno, las ensaladas casi no me gustan, pero la ensalada César SIEMPRE me encantó, desde la primera vez que la probé en un restaurante griego en el 2002 (es que yo soy de Tilarán, acuérdense, así que nunca en mis 17 años de vida había probado esa ensalada, no me juzguen que igual la gocé carajilla trepada en todos los árboles del mundo y atrapando guarasapos en las quebradas limpias del barrio, así que una por otra). No suelo pedir ensaladas en los restaurantes, me gusta hacérmelas yo, pero por la presión de haber escogido un emparedado que no me podían servir y el que ya todos los demás había pedido su comida, me pedí la ensalada César con salmón (Sylvia y yo la pedimos).
La verdad si estuvo muy bien, los crutones ya estaban un poquito suaves cuando llegó, pero el pescado calientito y crujiente, en buena cantidad, pedacitos gordos y suficiente aderezo. La volvería a pedir, de verdad que si!
Después Evelyn, Pao y Luis se pidieron la Bolognesa:
Evelyn me dijo que le había parecido super deliciosa, yo la probé y no me gustó tanto. Buena cantidad de salsa, el pan tostado y caliente, muy rico, pero la salsa me supo un poco a salsa de paquete. Y yo también uso salsas de paquete de base muchas veces, pero me esfuerzo en trabajarlas para que tengan un sabor casero, esta creo que no lo logró para mi.
Lena pidió Pasta al Pesto , y para ser sincera, fue mi plato favorito!
No es realmente pasta al pesto, es una salsa de pesto que no es lo mismo, y para serles sincera es de las cosas más ricas que he probado. La amé y me odié un poco a mi misma por no habera pedido y tener que conformarme con una probadita (aunque lástima las hojas de albahaca negras de adorno... mejor no haberle puesto nada). La segunda vez que fui al restaurante pedí exactamente esa pasta, y me dijeron que no había... a la hora de almuerzo que casi sólo sirven pastas! Pero después la misma mesera de la vez pasada, de quien esta vez no tengo ninguna queja, me dijo que había suficiente para un plato, excelente! El problema es que no estuvo tan rica, sabía mucho menos a albahaca y estaba leve salada, pero me imagino que es que hicieron el esfuerzo de que fuese suficiente para un plato, y por eso estaba diluida (y por cierto, esa vez si me dijeron cuando me senté que los emparedados eran sólo en la tarde =D).
Oscar se pidió un Alfredo de Camarones:
Por mucho tiempo este fue mi plato favorito en el mundo. Lo probé en un restaurante también en el 2002 que se llamaba La vie en France, costaba $11 el desgraciado y los servían con 6 camarones gigantes. El restaurante estaba en Chicago, y casi lloro la última vez que fui al ver que lo habían cerrado...
Acá en Mokambo claramente los camarones no eran tan grandes, pero si eran bastantes. La salsa rica, no demasiado salada, la pasta bien cocida. La tercera vez que fui me pedí ese mismo plato, y esta vez no le pusieron las hojas de albahaca negras y feas. Creo que es el plato que voy a seguir pidiendo, no siempre, pero cuando me quiera ir a la segura, aunque tengo que volver en la tarde por un emparedado de prosciutto!
También venden cositas de panadería, yo no probé ninguna porque no me cabía ni un sorbo de agua, pero para tomar café se ven bien.
En resumen, supongo que el SAC depende del humor de la mesera ese día, y podría estar entre regular y malo. La comida es rica y barata, en algunos casos excepcional (como la Pasta al Pesto).
Rico, tranquilo y lo suficientemente alejado de la pura calle de la amargura para sentirse que se está en otro lugar.
Yo volví y seguiré volviendo.
Update: Paola se pidió una Ensalada César con pollo, no una Pasta Bolognesa, mis disculpas por el error. Además me recordó la señorita Lena que entre las cosas inapropiadas de la mesera, se quejó con ella porque andaba de goma.