Ichiban

Yo este post lo tengo pensado desde hace tiempo, y no se por qué no lo había publicado.

A como empezaba en mi mente, les contaba mi historia con los restaurantes de sushi, a los que suelo tener fidelidad, porque al desgraciado sushi LO AMO.

(de arriba a abajo)

Koroke, rollo Kom-Limón, salmón teriyaki

Entonces, para empezar por el principio, les cuento que yo soy de pueblísimo, por lo que hasta los 17 años de edad no había ni visto el sushi en persona. Claro que sabía que era, lo había visto en tele, el películas, en fotos, y tenía una lejana idea construida sobre el sabor, pero nunca lo había probado. Así es que en el año 2002, en la casa de unos amigos en Chicago, lo probé, y fue amor inmediato y duradero. Desde ese momento, traté de aprovechar todas las posibilidades de comer sushi en el viaje, pensando en que acá no iba a encontrar (muy tilaranense de mi parte no saber que en San José abundan los restaurantes de sushi aun desde entonces). Al volver, no lo comí por un tiempo, pero siempre pasaba por restaurantes con la boca abierta pero sin cincos en la bolsa,  hasta que un día unos amigos me dijeron que fuéramos a Yokohama, y fuimos. Éramos 4 amigos, y comimos hasta hartarnos por la módica suma de ¢2.200 (en el 2003), el lugar no me pareció lo mejor, pero era pagable, y bastaba para saciar los antojos de un poco de estudiantes universitarios limpiesísimos. Me volvió a nacer el amor, y el lugar de sushi barato del Mall ayudó a cosechar esa relación. Comía siempre que podía y ahorraba para poder. Luego, digamos que empecé a tener un poco más de soltura económica, y conocí con unos amigos, Sensu.

Koroke (¢3.165) 

La noche que lo conocí creo que fue con una compa del coro y su amigo millonario. Entre los 3 no recuerdo cuanto pagamos, pero fue por ahí de ¢4.000 cada uno (2004-2005). Me gustó por fin comer sushi de verdad, y cuando mi papá me llamó al día siguiente diciéndome que estaba en San José y que fuéramos a almorzar, inmediatamente le dije que a Sensu. A partir de ahí iba 1 o 2 veces por sermana, le insistía a mis compañeros de la U que fuéramos (hasta el cansancio, debo agregar), ahí algunos lo probaron por primera vez, e íbamos a menudo, pero después los rollos se pusieron más pequeños y caros... de pronto eran menos ricos... de pronto, más a menudo de lo que debería, el arroz tenía mucho vinagre... Hasta que con los amigos del coro fui a Matsuri en Plaza Cristal. Me repartía entre Sensu, que era más barato, y Matsuri, que era infinitamente más rico. Hasta que la calidad hizo que no valiese la pena seguir pagando por Sensu, y lo abadoné del todo (o me abandonó el a mi). Para entonces Matsuri ya era una obsesión. En ese momento tenían la promoción de 2 rollos gratis con la compra de 20 mil colones (creo), así que Lucía y yo tratábamos de jalar a la mayor cantidad de gente del coro para ir después de ensayo, y durante ese par de meses comimos muuuucho sushi delicioso! Cuando tenía poca plata, iba con mi amiga Rebecca y comíamos un Salmon Skin Roll, un California, y una Ensalada Matsuri, ese era mi combo Matsuri que adoraba! Y de pronto dejé de ir al coro, los rollos de Matsuri los vi también más pequeños, los precios subían y las porciones bajaban, empecé a trabajar, y abrió Kyoto en Curri.

Ichiban - Barra de sushi

Cuando por fin tuve un salario real y fijo, me convertí en la fan #1 de Kyoto, y también iba 2 veces por semana, mínimo! Cuando no tenía nada que hacer en las noches, pasaba a pedir algo para llevar y me iba a la casa a comer rico y ver tele. Y de verdad que iba a cada rato! Kyoto lo amo, nunca lo dejé de amar, pero me pasé a vivir a Guadalupe, y ya no me queda cerca ni de camino, además de que ya viviendo sola no me alcanzaba para darme tanto lujo con comida, así que no volví... y tengo tieeeeempo de no ir, aunque lo sigo amando...

Combinación de sushi

Lo que no les conté, es que mientras todo eso, iba también a Ichiban. Siempre fui, y nunca he dejado de ir. Con menos frecuencia, pero puedo realmente decir que es el lugar de sushi al que desde que lo conocí, no he dejado de ir. No me quedaba cerca del coro y de la casa, por eso no iba tanto en la época de Matsuri (aunque si iba); me quedaba muchísimo más lejos de lo que me quedaba Kyoto, por eso no iba tanto, y cuando estaba en San Pedro era por la U, pero en esos casos andaba con los compañeros, quienes no tenían las prioridades mías raras, en las que cualquier plata que tuviese la usaba para comer rico. Pero Ichiban es el restaurante en el que me veo con mi buena amiga Lucía cuando nos ponemos de acuerdo para almorzar o cenar juntas, cuando una invita a la otra por el cumpleaños, y cosas por el estilo. También es en donde como el mortalmente delicioso Age Roll (que lo probé por primera vez en mi cumpleaños 21 o 22 por invitación de Lucía), el cual es uno de mis 2 rollos favoritos en el mundo (el otro es el Aracnofobia de Kyoto), amo el helado con hojuelas de tempura y salsa de fresa, me muero por el salmón teriyaki, y soy incapaz de comerme cualquier plato tempura sola (son taaaaan grandes). También es una de las razones por las que tengo tarjeta de Citi (35% de descuento 4 meses al año!!!). 

Pollo teriyaki (¢7.135)

Y bueno, qué más les puedo decir? Los precios han subido, como en todo lugar del mundo, y han habido ocasiones en las que abro el menú y casi se me salen los ojos del susto por los precios (bueno, estoy exagerando un poquito, pero si me asusto leve), pero ni una sola vez en mi vida he dicho "ay no... los rollos están más pequeños..." o "no está tan rico como antes...", y eso yo lo agradezco más que nada. Los precios tienen que subir como sube el costo de la vida, pero si uno escoge un restaurante, si uno lo elige de entre  los miles de restaurantes que hay en el mundo, es principalmente por la comida, ese es el factor más importante (aunque los precios siempre influyen). Si uno reconoce que es un lugar en el que hay un pagar un poco más de lo que paga en otros, pero le parece un precio justo al compararlo con la calidad de la comida y el servicio, y si uno elige ese restaurante para visitar con frecuencia a partir de esas otras características, que le cambien los términos de esa relación es una traición, o por lo menos yo lo siento así. No me gusta sentir que me tratan de atraer para después cambiar el contenido de ese "contrato" cliente-establecimiento (como cuando le dan a uno comida gigante a precio barato, y ya después disminuye la cantidad y sube el precio). Si la gasolina sube, el agua, luz, los ingredientes, el alquiler... es obvio que los precios de la comida suben, pero mientras sean proporcionales a la calidad y cantidad de la comida, como en el momento en que uno empezó a visitar el restaurante, se entiende. Y yo entiendo si los precios suben en Ichi, entiendo porque la comida sigue siendo igual de deliciosísima, y no me siento traicionada. Así que al Ichi le soy fiel.

Sopa miso (acompañamiento del salmón y pollo teriyaki)

Jeje, como que me pasé hablando de estas carajadas, y para no cansarlos más de la cuenta, para que el post no sea del tamaño de Chinandega, voy a dejar la crítica de los platos para después, porque, además, les cuento que me invitaron de cortesía (junto con Lucía, mi amiga soprano) a probar los platos del nuevo menú, que va a estar pronto para el público. Y es que la familia de Lucía va a Ichiban muchísimo, tanto que en una de las noches de cena con la Lu nos hemos encontrado a don Gonzalo (el papá) llegando al restaurante, y comido con él. Muchas veces he comido y disfrutado con ellos, y como son tan buenos clientes todos los meseros y demás los conocen, por eso cuando se acercó el gerente a saludar, me vió con la cámara tomando fotos, y Lucía le contó del blog, nos hicieron la invitación. Eso es algo más que me parece una característica positiva del lugar, las redes sociales y blogs son en el mundo, y se están convirtiendo en Costa Rica, en medios de comunicación y publicitarios importantes, rentables, muy versátiles y con un rango etáreo y características de consumidores mucho más amplias de las que se suele pensar, y no es común ver que se les de la importancia que merecen.

Salmón teriyaki (¢7.840)

Y bueno, queda decirles que les juro y re-juro que este comentario y la crítica que haga más adelante no tiene NADA que ver con la invitación. No es un comentario ni crítica objetivos, por supuesto que no, es totalmente mi opinión basada en las experiencias que he tenido ahí y en otros lugares, y pues bueno, este es un blog que se trata sobre mis opiniones, así que tampoco quise nunca pretender otra cosa.

Rollo Kom-Limón (¢5.185)

Por lo demás, creo que las fotos hablan por si solas! Como les conté, la descripción la dejo para después, por el momento espero que disfruten de las imágenes, que vayan si nunca han ido (lo merece), y que me cuenten si ya han ido!

Koroke (¢3.165)

Besos y abrazos, yo me voy a dormir porque tengo que ir a nadar mañana temprano! =P

Ichiban
Centro Comercial Calle Real, San Pedro (este es al que yo voy, en la página está la info de los demás).